Título: No hay lugar seguro
Autora: Tana French
Serie: Gardaí #4
Editorial: Círculo de Lectores
Año de publicación: 2013
Edición original: Broken Harbour, 2012.
Sinopsis: Broken Harbour es una zona costera que la especulación convirtió en una urbanización que hoy apenas se sostiene en pie, y cuyos escasos habitantes purgan sus sueños de prosperidad. En ese paraje que simboliza el fracaso de una sociedad se ha cometido un crimen atroz; un caso que parece ex profeso para el lucimiento del detective Mick Kennedy, pero nadie puede mantenerse a salvo de las múltiples caras de la fragilidad humana (
sinposis obtenida de la contraportada del libro).
Sobre la autora: Nacida en 1973 en Estados Unidos,
Tana French pasó su infancia en lugares tan distintos como Irlanda, Italia o Malawi, hasta que en 1990 se trasladó a Dublín, donde reside en la actualidad. Estudió interpretación en el Trinity College, lugar en el que comenzó a escribir. Su primera obra,
El silencio del bosque, tuvo una magnífica acogida por parte de la crítica y el público y, entre otros galardones, le reportó el prestigioso premio Edgar al mejor debut en la novela de género de misterio. Posteriormente ha publicado
En piel ajena (2008),
La última noche de Rose Daly (2010) y
No hay lugar seguro (2012), que no han hecho sino refrendar su prestigio como una de las voces narrativas del género más personales del panorama actual. (
Información obtenida del libro).
Mi impresión: Este libro es el cuarto perteneciente a la serie "
Gardaí" de Tana French. Para los que no los conozcáis, son libros independientes con investigadores distintos pero que en el libro previo han tenido una cierta relevancia pese a que no han sido los protagonistas. En este caso conoceremos a Micke "Scorcher" Kennedy, que en el tercer libro de la saga aparecía pero no tenía especial relevancia. Por tanto, si no habéis leído ningún libro de la saga y queréis empezar por éste, podéis hacerlo sin problema porque cada novela es independiente.
Como comentaba en la sinopsis, el libro comienza cuando a Micke Kennedy se le asigna el caso del asesinato de una familia al completo en la urbanización irlandesa de Brianstown. Ésta es de nueva construcción, y está en el antiguo pueblo de Broken Harbour, lugar de veraneo de la infancia del detective, por lo que gracias a este punto conoceremos un poco la vida de Kennedy, aunque no es un libro basado en la vida del detective ni se centra excesivamente en ello.
Brianstown se planeó como una gran urbanización donde todo el mundo quiere vivir, y de hecho está todo vendido, pero cuando la crisis golpea, queda todo abandonado y se van descubriendo todos los "chanchullos" que hicieron los promotores. En este libro he visto reflejada, independientemente del crimen, una
denuncia hacia los efectos que la crisis ha provocado en Irlanda, pero que son perfectamente extrapolables a España. Aparte de en la ambientación en una urbanización desierta a medio construir, lo vemos en la situación económica que presenta la familia Spain.
"No quise decirle que los fantasmas en los que sí creo no estaban atrapados en las manchas de sangre de los Spain, sino que revoloteaban como polillas gigantescas por toda la urbanización, abarrotándola, entrando y saliendo por las puertas y flotando sobre la tierra cuarteada, agolpándose contra las escasas ventanas iluminadas, con las bocas abiertas en mudos aullidos: eran todas las personas que deberían haber vivido en ella. Los jóvenes que habían soñado con cruzar aquellos umbrales sosteniendo en brazos a sus esposas, los recién nacidos que deberían haber llegado a casa desde el hospital para instalarse en sus cómodos dormitorios, los adolescentes que deberían haberse besado por primera vez apoyados en aquellas farolas que nunca iban a iluminarse. Con el tiempo, los fantasmas de las cosas ocurridas se vuelven distantes; cuando te han asustado un par de millones de veces, su temor apenas daña el tejido cicatrizado, se aplaca. Los que continúan cortando cual cuchillas hasta la eternidad son los fantasmas de las cosas que ni siquiera tuvieron la oportunidad de suceder."
Patrick y Jennifer Spain son, de puertas para afueras, la familia perfecta. Viven en Brianstown en su casa perfecta con sus dos hijos, Emma y Jack. Todo el mundo habla maravillas de ellos, pero pronto descubriremos que
no todo es tan perfecto como lo pintan. Cuando aparecen los cuatro asesinados, nadie se explica qué ha podido pasar puesto que no tenían enemigos y eran maravillosos. Sin embargo, la historia dará un giro importante y sorprendente. Para mi la resolución del caso ha sido, cuanto menos, impresionante e incomprensible, pero a la vez interesante porque no lo esperas, y eso es lo que más me gusta en este género.
El libro está narrado en primera persona a través del detective Kennedy. Durante toda la narración presenciamos la investigación completa; cada pista que descubre, cada interrogatorio que realiza, cada percepción que el detective tiene la conocemos como si fuésemos nosotros los que investigamos. Y como no puede ser menos, todo buen detective que se precie trabaja con un compañero, que en este caso será el detective Richie Curran, un novato en periodo de pruebas que tendrá un papel importante en el caso.
Si hay algo que siempre me ha gustado de esta autora es su capacidad de introducirte en la historia. Consigue que empatices con los personajes, que sientas lo que ellos sienten, y que consigas entenderlos, sean buenos o malos. Eso es un gran punto a su favor. Sin embargo, hay cosas negativas también; este libro me ha parecido demasiado extenso (637 páginas) para lo que es. Con unas 100 páginas menos habría podido contar lo mismo y no habría perdido calidad la novela, al contrario. Pese a eso, merece la pena leerlo.
Sin embargo, no puedo dejar de comentar algo con lo que estoy totalmente en desacuerdo, y es la opinión que da el detective Kennedy sobre las
autopsias. Pese a que estoy de acuerdo con que puede ser un proceso traumático para la familia puesto que es un momento doloroso y se puede llegar a pensar que es un sufrimiento más para el fallecido, esto es visto desde el punto de vista de un momento de dolor de los familiares. En cambio, que en un libro se de a entender que se está profanando el cuerpo, como si el patólogo o el forense fuera un salvaje y destrozara el cuerpo me parece una falta de respeto a los especialistas y una falsa que puede condicionar en un futuro a los familiares de pacientes que requieran autopsia. Puesto que he presenciado dos, puedo asegurar que ante todo se respeta a la persona que está ahí, se utilizan técnicas que permiten la extracción de los órganos para su posterior estudio que deforman muy poco al paciente y por supuesto todo se reconstruye para que la familia lo note lo menos posible. Ni se usan tijeras de podar para cortar la parrilla costal, ni se usa un cuchillo para diseccionar. Me ha indignado el fragmento, que no pienso reproducir, puesto que, pese a ser el primer libro que leo en el que se describe una autopsia, veo que la autora o no se ha molestado en informarse o tiene muy mal concepto de este proceso gracias al cual se ha podido avanzar mucho en la investigación de patologías que tan bien conocemos actualmente y permiten conocer la causa de la muerte de personas que, de otra manera, quedaría en incógnita y que pueden ayudar a salvar a otras personas en un futuro. Y en una autopsia por proceso criminal (forense), es fundamental para poder atrapar a criminales que de otra manera podrían quedar impunes.
Si obviamos este punto, el libro
me ha gustado mucho. No ha sido el mejor de la saga (el que más me gustó fue "
En piel ajena"), pero mantiene la esencia de Tana, esa capacidad de introducirte en la historia y querer seguir leyendo hasta el final.