lunes, 27 de enero de 2014

Don Quijote de la Mancha. Capítulo 3.


Si en el final del segundo capítulo dejábamos a nuestro querido Don Quijote con una gran preocupación porque no había sido armado aún caballero, en este nuevo capítulo lo consigue, pero como siempre, no de la manera más normal posible. Por algo el capítulo se titula "Donde se cuenta la graciosa manera que tuvo don Quijote en armarse caballero".

Así pues, nuestro protagonista continúa en la venta donde lo dejamos pensando que es un gran castillo; allí, el ventero, dándose cuenta de su locura, le sigue la corriente y cuando don Quijote le pide que lo arme caballero puesto que es su gran preocupación, éste accede como si fuera lo más normal del mundo.

Pero como en todo libro de caballería, antes de armarse debe seguirse un protocolo, que empieza por velar las armas en una capilla durante una noche, pero como no había una en el "castillo", procedió a velarlas en el patio. Pero como no podía ser de otro modo, no todo iba a ser tan fácil, y cuando uno de los huéspedes movió las armas para poder dar de beber a su caballo, Don Quijote entró en cólera y atacó al hombre, dejándolo inconsciente, a lo que los demás huéspedes responden tirandole piedras.

Viendo estos hechos y siendo consciente de la locura del hidalgo, el ventero decide armarlo caballero rápidamente, en una ceremonia algo improvisada:
"Advertido y medroso desto el castellano, trujo luego un libro donde asentaba la paja y cebada que daba a los arrieros, y con un cabo de vela que le traía un muchacho, y con las dos ya dichas doncellas, se vino adonde don Quijote estaba, al cual mandó hincar de rodillas, y, leyendo en su manual -como que decía alguna devota oración-, en mitad de la leyenda alzó la mano y diole sobre el cuello un buen golpe, y tras él, con su mesma espada, un gentil espaldarazo -siempre murmurando entre dientes, como que rezaba-. Hecho esto, mandó a una de aquellas damas que le ciñese la espada, la cual lo hizo con mucha desenvoltura y discreción, porque no fue menester poca para no reventar de risa a cada punto de las ceremonias."
Y así, habiendo sido armado caballero por tan importante señor, se va de la posada Don Quijote (sin haber pagado, por cierto), en busca de sus tan ansiadas aventuras.

Desde luego la historia va mejorando con los capítulos. Una vez te haces al vocabulario va costando mucho menos leerlo y es muy divertido ver cómo Don Quijote se imagina lo que le conviene y cómo reaccionan a su alrededor tomándolo por loco pero a la vez ayudándole en sus deseos. Seguiremos leyendo a ver qué pasa... Hasta la semana que viene! :)

4 comentarios:

  1. A mi este capítulo me dio mucha pena. Me parecía Don Quijote un hombre tan necesitado y su entorno tan burlón.
    Un saludo.

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    1. Llevas razón, la manera en que se rien de él llega a ser cruel, y apedrearlo sabiendo que el pobre no calibra.. a ver cómo sigue. Gracias por pasarte. Un beso :)

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  2. Nunca se me ocurrió leer esta historia, la verdad jaja...eso que escuché mencionarla bastante, bueno supongo que todo el mundo la conoce...la verdad es que no creo leerla, pero está bien tu reseña porque es muy detallada, veo que comentás acerca de los capítulos. Me alegro que sea así, que sigas bien..
    Saludos :)

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    1. Si, comento por capítulos porque forma parte de un reto que consiste en ir leyendo y comentando un capítulo a la semana. Así que me verás todos los lunes del 2014 con las aventuras del caballero andante :) Un besito

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